Un punto de encuentro también en la red

La recomendación de un libro, una exposición o una película, leer juntos un artículo o una noticia, subir un vídeo, una canción o una presentación, y para los más creativos un espacio para compartir...

miércoles, 31 de marzo de 2010

¿QUIÉN ES ESTA MUJER?


Os invito a que me ayudéis a resolver este enigma. ¿Es la actriz americana Carole Lombard la mujer de el cuadro o... es tal vez la francesa Danielle Darrieux?

Podéis "postear" esta entrada dando vuestra opinión. Para ayudaros, aquí tenéis una imagen de cada una de ellas. La de arriba, con la mano en el rostro, es C. Lombard; la de abajo, D. Darrieux.

Os animo a participar.










domingo, 28 de marzo de 2010

Baby light my fire

Vuelvo a contribuir a esta sección abierta por Amparo, de versiones de canciones que amamos, con la increíble fuerza y pervivencia de Light my fire, grabado por The Doors en 1966. A lo largo de los tiempos, innumerables versiones lo han ido actualizando y manteniendo vivo. La atmósfera psicodélica original ya llevaba elementos de jazz fusión, lo que ha hecho que muchos covers posteriores se orientaran hacia estos sonidos. El tema cobró especial fuerza con Shirley Bassey, la diva por excelencia de las bandas sonoras de James Bond, que lo retomó algunos años más tarde y le dejó el sello de su voz sonora y potente. Esta versión se ha convertido ya en un clásico presente en muchas compilaciones actuales de nu jazz y es objeto de remixes y sampleados que hacen las delicias de los amantes de este tipo de música. Aquí la escuchamos tal como apareció en 1995 en el volumen 4 de la compilación “Dancefloor Jazz” de Mojo Club.

Listen to Shirley Bassey's Light my fire


viernes, 26 de marzo de 2010

RECORDANDO A CRISTOPHER ISHERWOOD






















MARC CHAGALL "Lovers in blue"

Ahora que en las pantallas de los cines se exhibe la película Un hombre soltero, basada en la novela homónima del escritor británico Christopher Isherwood, autor de Goodbye to Berlin, libro en el que se basa esa maravillosa película que fue Cabaret, os ofrezco un fragmento de otra de sus novelas que también os recomiendo, El mundo al atardecer:





" A veces hablabas del amor de un modo que demostraba que se trataba de una experiencia personal. Te veo sentada en el crepúsculo de una tarde de invierno, con los dedos extendidos ante el fuego, contemplándolo fijamente y diciendo: "No, Stephen; no empieza así; no es cuando dos personas se sienten atraídas, sino en el momento en que comprenden que son distintas, tan distintas que resulta terriblemente doloroso, casi insoportable. Es como el polo Norte y el polo Sur. Es imposible estar más alejados, pero al mismo tiempo no puede haber dos puntos más cercanos en la superficie terrestre, porque entre ambos existe un eje y todo gira alrededor. "

miércoles, 24 de marzo de 2010

Blogs recomendados: idiomas y coeducación.


Compromiso por la igualdad y la coeducación desde la escuela. No sólo desde los colegios e institutos, sino también desde la educación permanente. Así nos lo demuestra este blog de la Escuela Oficial de Idiomas de Granada, fruto del proyecto que desarrolla el centro en el marco del Plan de Igualdad entre hombres y mujeres en educación. El blog nace con la intención de dar a conocer las actividades sobre igualdad y coeducación que se organizan en la EOI de Granada e invitar a toda la comunidad educativa a participar en ellas. De entrada, nos propusieron este vídeo, para reflexionar sobre cómo podemos hacer de nuestros hijos e hijas mejores personas.



martes, 16 de marzo de 2010

EL RINCÓN DEL RELATO: Seísmo



Ahora que tenemos reciente el simulacro, os dejo este relato en torno a un "ligero movimiento de tierra"
A.







SEÍSMO

La conoció en la Ciudad Blanca un día gris de invierno. Desayunaba, como solía hacerlo los sábados, en un popular café del Chiado en el que sólo era posible la tranquilidad a primera hora de la mañana y a última de la noche; llovía y hacía un frío intenso. Estaba situado en la barra, como de costumbre. Le gustaba contemplar a todos aquellos turistas y aspirantes a escritores que se sentaban contra la pared espejada y sacaban sus cuadernos para anotar las primeras ocurrencias del día.

Entonces entró ella. Era menuda, desgarbada, el tipo de mujer en la que él nunca se hubiera fijado. Pero cuando se sentó y se despojó de su atuendo compuesto de gorro, anorak y bufanda, dejando al descubierto ese vacío que delata a los seres profundamente heridos, atrajo su atención y ya no pudo apartar sus ojos de ella. No fue algo que hiciera a conciencia; sencillamente, mientras engullía un croissant ligeramente bañado en el café, y con el interés que le suscitaba el ejemplar del diario local que había sobre la barra, no podía dejar de mirarla. Ella no tardó en percibir esa extraña atracción que, al parecer, fue recíproca, aunque él tampoco respondiera al tipo de hombre en el que ella hubiera posado sus ojos. Sin embargo, aquello no parecía ser sino una más de las pruebas irrefutables que demuestran que lo que somos, esencialmente, se escapa a nuestro control, y que los motivos por los que nos acercamos al otro no dejan de ser un misterio; motivos que a veces estriban en detalles tan insignificantes como el modo que la otra persona tiene de quitarse una prenda, coger una taza o esbozar una sonrisa. Lo paradójico fue que una situación tan extraña diera pie a un acercamiento tan natural y espontáneo. Él se aproximó hasta su mesa, y ella, con la mayor naturalidad, retiró de la silla de al lado todas las prendas de ropa que se había quitado hacía unos instantes. Llevaba una guía de la ciudad. A él le sorprendió, ya que parecía moverse con familiaridad. Pensó que tal vez llevaría varios días en la capital a juzgar por lo desgastado que se presentaba su libro de cubierta azul.

Pasaron el resto del día juntos, apartados de los circuitos turísticos. Él le mostró la ciudad desde otro ángulo, y hablaron poco, por no decir nada, y no debido a dificultades idiomáticas, sino porque no parecían necesitar hacerlo. Entre los pocos comentarios que interrumpieron su deambular silencioso por las estrechas calles ella dijo: “Es curioso, en esta ciudad tengo la sensación de que la tierra está temblando continuamente bajo mis pies”. Él le explicó que la ciudad entera estaba diseñada para protegerse de los frecuentes, aunque habitualmente leves, movimientos de tierra que formaban parte de su naturaleza, y ella asintió con una sonrisa que parecía guardar el residuo de alguna reflexión o pensamiento anterior.

Almorzaron en el Farta Brutos, local que él frecuentaba con su hija cuando le visitaba en sus periodos vacacionales. Ahora, al tener a aquella mujer frente a él, llevándose un pedazo de pan a la boca, o rebañando con la cucharilla de postre la especialidad de la casa con esa glotonería tan típicamente infantil, era como si contemplara a su propia hija, siendo la única diferencia que esta mujer no lo era y ese simple hecho era suficiente para que todo adquiriera una dimensión diferente. Por momentos se sentía un poco ridículo junto a aquella diminuta mujer que contrastaba con su corpulencia, al margen de la diferencia de edad, unos veinte años según sus cálculos. Conforme el día fue transcurriendo y la proximidad de la noche se iba haciendo palpable, a los dos pareció asaltarles el temor a no saber cómo poner un punto final a su encuentro. Él deseaba prolongarlo, ella le dijo que partía de la ciudad al día siguiente.

Una vez cerrado uno de los pocos locales del Barrio Alto en los que era posible charlar con tranquilidad, él acabó por llevarla al pequeño y modesto hotel de La Baixa en el que ella se alojaba. Subieron a la habitación, donde el frío era aún más intenso. Ella volvió a hacer referencia a la inestabilidad del suelo que pisaba; el de aquella habitación se balanceaba por momentos como un barco en una travesía cuando hay mar de fondo, acentuado por la ligera ebriedad de ambos, así como por la vista al Atlántico a la que daba la ventana. Para tranquilizarla, él volvió a hacer referencia a la estructura elástica de los edificios que a veces creaba una ilusión de ingravidez. Se desnudaron y se acurrucaron bajo las sábanas blancas, impregnadas de ese aséptico olor a limpio propio de la lavandería industrial. Se abandonaron al abrazo, proporcionándose un calor más rico en ternura que en pasión. Hicieron el amor: el ensamblaje fue perfecto y la naturaleza de la emoción ambigua, imprecisa, sorprendentemente desconocida, aunque ella se mantenía distante, negándose a la rendición. En cuanto a él, llevado por esa necesidad de darle nombre a cualquier emoción que nos traspasa, para poder así atraparla y poseerla, rebuscó entre todas sus experiencias anteriores para contrastarla con ellas y decidir cual era el rasgo distintivo de ésta.

Todo esto pasaba por su cabeza mientras la miraba intentando averiguar lo que estaría pensando ella. Le parecía ver en su mirada huidiza una mezcla de desencanto y confusión. El desconcierto era mutuo, camuflado por la premura de la partida de ella, premura que suele abocar a los amantes a consumar la pasión demasiado precipitadamente, aunque no fuera éste el caso de ellos. Por fin ella le miró de frente, pero su mirada seguía siendo inasible. Luego dijo: “No eres la persona a la que busco”. Entonces él sintió temblar la tierra, todo lo que había a su alrededor cambió de posición y por un instante algo se convulsionó en su interior. Se había producido uno de aquellos sismos que a todos los que habitaban esa ciudad les hacían estar siempre un poco alerta, solo que en aquella ocasión él no estaba muy seguro de su procedencia. Se levantó de la cama y se asomó a la ventana. El océano seguía allí, no más alterado que de costumbre, y el ritmo de la ciudad mantenía la calma propia de la noche cuando raya el alba.

Abandonaron el hotel poco antes del mediodía y, como su tren no partía hasta la noche, visitaron algunos lugares de interés próximos a la ciudad. Seguía lloviendo, y él comenzó a tomar conciencia de la inestabilidad que ella había detectado en la ciudad, hasta el punto de hacérsele incómoda. La jornada transcurrió inmersa en una especie de sonambulismo con el que los paisajes elegidos parecían estar en perfecta consonancia. Poco antes de la partida, ella le pidió que no la llevara a la estación y, como él siempre había odiado las despedidas, aceptó su petición. Ella se quedó apoyada en la baranda del muelle, de cara al Atlántico. Él se dirigió, tras demorarse unos instantes por el entramado de calles que conducían a la estación, al mismo café del Chiado en el que la había encontrado. Pidió un café y cogió el ejemplar de la edición de tarde del diario local, esperando retomar los acontecimientos del último día que había parecido transcurrir fuera del tiempo. Necesitaba enmarcarse de nuevo en su realidad cotidiana. Esperaba que la portada del periódico recogiera el breve pero intenso temblor de tierra que había asolado a la ciudad la madrugada de aquel mismo día. No halló ninguna referencia a aquel suceso. Mantuvo el oído atento, esperando hacerse eco de alguna anécdota que a alguien le restara por comentar, pero nadie lo hizo. Había un par de mesas vacías. Cogió su taza de café, se quitó el abrigo y se sentó contra una de las paredes espejadas. Cogió una servilleta de papel y comenzó a garabatear unos dibujos imprecisos hasta que, en un acto de mimetismo, pidió una hoja de papel a un hombre que frecuentaba el café e inició el esbozo de la historia de la chica de la guía azul.

Volvió a recordarla en la escena del restaurante, y la imagen de su hija se ensambló con la de ella. Dobló la cuartilla y la guardó en su chaqueta. Abandonó el café y salió a la noche oscura, a través de la cual era imposible discernir ningún rastro de la ciudad blanca.

Wait for me


Inefable e inconfundible Moby. A este DJ blanco nacido en Harlem le debemos muy buenos momentos de electrónica, con una fuerte inspiración negra, y haber hecho de esta música un producto amable y cercano al gran público. El sesgo comercial que tomó su obra, sobre todo desde el disco "Play" en 1999, no impide que valoremos su originalidad y constante empeño por innovar y experimentar. En su último album, "Wait for me", Moby aborda una estética musical intimista y llena de paisajes sonoros cinemáticos que inducen al sosiego y a la meditación. Parece que el músico quiere marcar una cierta distancia con respecto a la línea más house y dance de su anterior trabajo. Destacamos este pale horses, melancólico y elegante, en la voz de la joven artista neoyorquina de culto Amelia Zirin-Brown.

Listen to Moby's Pale Horses


lunes, 15 de marzo de 2010

LETRA y TRADUCCIÓN Sous le ciel de Paris


Sous le ciel de Paris

Sous le ciel de Paris
S'envole une chanson
Hum Hum
Elle est née d'aujourd'hui
Dans le coeur d'un garçon
Sous le ciel de Paris
Marchent des amoureux
Hum Hum
Leur bonheur se construit
Sur un air fait pour eux

Sous le pont de Bercy
Un philosophe assis
Deux musiciens quelques badauds
Puis les gens par milliers
Sous le ciel de Paris
Jusqu'au soir vont chanter
Hum Hum
L'hymne d'un peuple épris
De sa vieille cité

Près de Notre Dame
Parfois couve un drame
Oui mais à Paname
Tout peut s'arranger
Quelques rayons
Du ciel d'été
L'accordéon
D'un marinier
L'espoir fleurit
Au ciel de Paris

Sous le ciel de Paris
Coule un fleuve joyeux
Hum Hum
Il endort dans la nuit
Les clochards et les gueux
Sous le ciel de Paris
Les oiseaux du Bon Dieu
Hum Hum
Viennent du monde entier
Pour bavarder entre eux

Et le ciel de Paris
A son secret pour lui
Depuis vingt siècles il est épris
De notre Ile Saint Louis
Quand elle lui sourit
Il met son habit bleu
Hum Hum
Quand il pleut sur Paris
C'est qu'il est malheureux
Quand il est trop jaloux
De ses millions d'amants
Hum Hum
Il fait gronder sur nous
Son tonnerr' éclatant
Mais le ciel de Paris
N'est pas longtemps cruel
Hum Hum
Pour se fair' pardonner
Il offre un arc en ciel


Bajo el cielo de París

Bajo el cielo de París
Vuela una canción
Hum Hum
Nacida hoy
En el corazón de un muchacho
Bajo el cielo de París
Pasean los enamorados
Hum Hum
Su felicidad se construye
Sobre un ambiente creado para ellos

Bajo el puente de Bercy
Un filósofo sentado
Dos músicos algo curiosos
Luego la gente a millares
Bajo el cielo de París
Cantan hasta el atardecer
Hum Hum
El himno de un pueblo enamorado
De su vieja ciudad

Cerca de Notre Dame
A veces surge un drama
Sí, pero en Paname
Todo puede arreglarse
Algunos rayos
Del cielo estival
El acordeón
De un marinero
Florece la esperanza
Al cielo de París

Bajo el cielo de París
Fluye un río alegre
Hum Hum
Duermen en la noche
Los vagabundos y los mendigos
Bajo el cielo de París
Los pájaros del Bon Dieu
Hum Hum
Vienen del mundo entero
Para hablar entre ellos

Y el cielo de París
Tiene su propio secreto
Tras veinte siglos está enamorado
De nuestra isla Saint Louis
Cuando ella le sonríe
El se pone su vestido azul
Hum Hum
Cuando llueve sobre París
Es que es infeliz
Cuando está demasiado celoso
De sus millones de amantes
Hum Hum
Hace tronar sobre nosotros
Su "brrrrrum" estruendoso
Pero el cielo de París
No es cruel mucho tiempo
Hum Hum
Para hacerse perdonar
Ofrece un arco en el cielo


sábado, 13 de marzo de 2010

RECORDANDO A JULIETTE GRÉCO

























La película británica An education, dirigida por Lone Scherfig, rinde su particular homenaje a este icono de la chanson francesa de los 50 injustamente olvidada.

El enlace de arriba os lleva a la web de la película; en ella podéis escuchar la banda sonora, ver el trailer, fotos y otras curiosidades.

Más abajo tenéis el clásico Sous le ciel de París, interpretado por J. Gréco, que sirve de fondo a una de las escenas más "románticas" de la película.

Y termino con unas palabras de Soledad Loaeza sobre esta "sirena egipcia" que creo la describen con acierto:

"Pocos recuerdan a Juliette Greco, pero para las generaciones de la segunda posguerra encarnaba la bohemia del mundo intelectual parisino. Vestida siempre y completamente de negro, de ser posible con un suéter cuello de tortuga, parecía una sirena egipcia, que entornaba los párpados cuyas líneas prolongaba el lápiz también negro, para rematar el final del ojo con una colita que miraba discretamente hacia arriba, mientras ella bajaba los ojos para platicar -casi susurrar- canciones cuyo tema era la naturalidad de la pasión y del desengaño amoroso, la ternura de las prostitutas o burdeles entrañables; cada uno de sus gestos y de sus movimientos estaba impreso de una intensidad cargada de significados, incomprensibles casi todos.


En los años cincuenta Greco era parte de la Vulgata del existencialismo sartriano que en su momento atrajo por lo menos tantos turistas como la Tour Eiffel. La cantante era una expresión específicamente francesa, de una identidad que fue reconocible hasta los años ochenta en otros ámbitos como las películas sin diálogo, o con mucho diálogo, pero filosófico, las alambicadas explicaciones sociológicas, los adoquines revolucionarios del Barrio Latino o la militancia católica de la provincia."




La libertina












lunes, 8 de marzo de 2010

VERSIONES DE CANCIONES, y homenaje.


Como sabéis, el sábado pasado publicó el BOE el Real Decreto 289/2010, de 5 de marzo, por el que se concede la Orden de las Artes y las Letras de España a la señora Joan Baez.

Sigue siendo una mujer y excelente cantautora. Quiero traerla aquí como pequeño homenaje a ella y a todos los que no nos gusta la guerra ni aquello que la incita, favorece, protege, alimenta o sirve.

Escuchemos una versión que ella hizo en alemán de la canción de Pete Seeger "Where are the flowers gone", dónde fueron las flores, dónde están, quién las cortó: "Sag mir wo die Blumen sind".

¿La de la foto? Una alemana que también la canta-ba.

sábado, 6 de marzo de 2010

FELIZ DÍA DE LA MUJER



Para todas las mujeres estupendas que andan por Torretriana


Vicky

viernes, 5 de marzo de 2010

TÉ: Un cortometraje realizado con Juanma Bajo Ulloa



Os regalo este mini corto que realicé con unos colegas hace unos años bajo la tutela del director J. Bajo Ulloa. Fue un ejercicio, sin ninguna pretensión, pero disfruté y aprendí mucho haciéndolo.

Amparo

jueves, 4 de marzo de 2010

Vuelven US3 a España


Vuelven US3 a España, los auténticos padrinos de la fusión del jazz y del hip-hop. Será en el Black Music Festival de Salt, Girona, el próximo 12 de marzo. Us3 supuso un verdadero punto de inflexión en la evolución de la escena negra electrónica. En palabras del productor y compositor inglés Geoff Wilkinson, fundador del proyecto, "se trataba de establecer un punto de acceso al jazz para una audiencia más joven, creando conexiones con el hip-hop, el R&B y el soul clásico". Lo consiguió con jóvenes músicos tocando sobre una base de samples de jazz clásico, mezclados con beats y melodías de rap. "Eso me permitia honrar el pasado, mantener los pies en el presente y a la vez los ojos en el futuro". A la espera de lo que nos depare esta nueva gira con el album "Stop.Think.Run", nos quedamos con la versión "a la US3" del clásico del genial Herbie Hancock, Cantaloop.

martes, 2 de marzo de 2010

ME CAÍ DEL MUNDO Y NO SÉ POR DONDE SE ENTRA






Me caí del mundo y no sé por donde se entra. (Para mayores de 40) pero deberían leerlo todos los que sepan leer.



Eduardo Galeano, periodista y escritor uruguayo.
Lo que me pasa es que no consigo andar por el mundo tirando cosas y cambiándolas por el modelo siguiente sólo porque a alguien se le ocurre agregarle una función o achicarlo un poco.
No hace tanto, con mi mujer, lavábamos los pañales de los críos, los colgábamos en la cuerda junto a otra ropita, los planchábamos, los doblábamos y los preparábamos para que los volvieran a ensuciar. Y ellos, nuestros nenes, apenas crecieron y tuvieron sus propios hijos se encargaron de tirar todo por la borda, incluyendo los pañales. ¡Se entregaron inescrupulosamente a los desechables! Si, ya lo sé. A nuestra generación siempre le costó tirar las cosas. ¡Ni los desechos nos resultaron muy desechables! Y así anduvimos por las calles guardando los mocos en el pañuelo de tela del bolsillo. ¡¡¡Nooo!!! Yo no digo que eso era mejor. Lo que digo es que en algún momento me distraje, me caí del mundo y ahora no sé por dónde se entra. Lo más probable es que lo de ahora esté bien, eso no lo discuto. Lo que pasa es que no consigo cambiar el equipo de música una vez por año, el celular cada tres meses o el monitor de la computadora todas las navidades. ¡Guardo los vasos desechables! ¡Lavo los guantes de látex que eran para usar una sola vez! ¡Los cubiertos de plástico conviven con los de acero inoxidable en el cajón de los cubiertos! Es que vengo de un tiempo en el que las cosas se compraban para toda la vida! ¡Es más! ¡Se compraban para la vida de los que venían después! La gente heredaba relojes de pared, juegos de copas, vajillas y hasta palanganas de loza. Y resulta que en nuestro no tan largo matrimonio, hemos tenido más cocinas que las que había en todo el barrio en mi infancia y hemos cambiado de refrigerador tres veces. ¡¡Nos están fastidiando! ! ¡¡Yo los descubrí!! ¡¡Lo hacen adrede!! Todo se rompe, se gasta, se oxida, se quiebra o se consume al poco tiempo para que tengamos que cambiarlo. Nada se repara. Lo obsoleto es de fábrica. ¿Dónde están los zapateros arreglando las media-suelas de los tenis Nike? ¿Alguien ha visto a algún colchonero escardando colchones casa por casa? ¿Quién arregla los cuchillos eléctricos? ¿El afilador o el electricista? ¿Habrá teflón para los hojalateros o asientos de aviones para los talabarteros? Todo se tira, todo se desecha y, mientras tanto, producimos más y más y más basura. El otro día leí que se produjo más basura en los últimos 40 años que en toda la historia de la humanidad. El que tenga menos de 30 años no va a creer esto: ¡¡Cuando yo era niño por mi casa no pasaba el que recogía la basura!! ¡¡Lo juro!! ¡Y tengo menos de... años! Todos los desechos eran orgánicos e iban a parar al gallinero, a los patos o a los conejos (y no estoy hablando del siglo XVII) No existía el plástico ni el nylon. La goma sólo la veíamos en las ruedas de los autos y las que no estaban rodando las quemábamos en la Fiesta de San Juan . Los pocos desechos que no se comían los animales, servían de abono o se quemaban. De 'por ahí' vengo yo. Y no es que haya sido mejor.. Es que no es fácil para un pobre tipo al que lo educaron con el 'guarde y guarde que alguna vez puede servir para algo', pasarse al 'compre y bote que ya se viene el modelo nuevo'.Hay que cambiar el auto cada 3 años como máximo, porque si no, eres un arruinado. Así el coche que tenés esté en buen estado . Y hay que vivir endeudado eternamente para pagar el nuevo!!!! Pero por Dios. Mi cabeza no resiste tanto. Ahora mis parientes y los hijos de mis amigos no sólo cambian de celular una vez por semana, sino que, además, cambian el número, la dirección electrónica y hasta la dirección real. Y a mí me prepararon para vivir con el mismo número, la misma mujer, la misma casa y el mismo nombre (y vaya si era un nombre como para cambiarlo) Me educaron para guardar todo. ¡¡¡Toooodo!!! Lo que servía y lo que no. Porque algún día las cosas podían volver a servir. Le dábamos crédito a todo. Si, ya lo sé, tuvimos un gran problema: nunca nos explicaron qué cosas nos podían servir y qué cosas no. Y en el afán de guardar (porque éramos de hacer caso) guardamos hasta el ombligo de nuestro primer hijo, el diente del segundo, las carpetas del jardín de infantes y no sé cómo no guardamos la primera caquita. ¿Cómo quieren que entienda a esa gente que se desprende de su celular a los pocos meses de comprarlo? ¿Será que cuando las cosas se consiguen fácilmente, no se valoran y se vuelven desechables con la misma facilidad con la que se consiguieron? En casa teníamos un mueble con cuatro cajones. El primer cajón era para los manteles y los repasadores, el segundo para los cubiertos y el tercero y el cuarto para todo lo que no fuera mantel ni cubierto. Y guardábamos.. . ¡¡Cómo guardábamos!! ¡¡Tooooodo lo guardábamos!! ¡¡Guardábamos las tapas de los refrescos!! ¡¿Cómo para qué?! Hacíamos limpia-calzados para poner delante de la puerta para quitarnos el barro. Dobladas y enganchadas a una piola se convertían en cortinas para los bares. Al terminar las clases le sacábamos el corcho, las martillábamos y las clavábamos en una tablita para hacer los instrumentos para la fiesta de fin de año de la escuela. ¡Tooodo guardábamos! Cuando el mundo se exprimía el cerebro para inventar encendedores que se tiraban al terminar su ciclo, inventábamos la recarga de los encendedores descartables. Y las Gillette -hasta partidas a la mitad- se convertían en sacapuntas por todo el ciclo escolar. Y nuestros cajones guardaban las llavecitas de las latas de sardinas o del corned-beef, por las dudas que alguna lata viniera sin su llave. ¡Y las pilas! Las pilas de las primeras Spica pasaban del congelador al techo de la casa. Porque no sabíamos bien si había que darles calor o frío para que vivieran un poco más. No nos resignábamos a que se terminara su vida útil, no podíamos creer que algo viviera menos que un jazmín. Las cosas no eran desechables. Eran guardables. ¡¡¡Los diarios!!! Servían para todo: para hacer plantillas para las botas de goma, para pone r en el piso los días de lluvia y por sobre todas las cosas para envolver.. ¡¡¡Las veces que nos enterábamos de algún resultado leyendo el diario pegado al trozo de carne!!! Y guardábamos el papel plateado de los chocolates y de los cigarros para hacer guías de pinitos de navidad y las páginas del almanaque para hacer cuadros y los goteros de las medicinas por si algún medicamento no traía el cuentagotas y los fósforos usados porque podíamos prender una hornalla de la Volcán desde la otra que estaba prendida y las cajas de zapatos que se convirtieron en los primeros álbumes de fotos y los mazos de naipes se reutilizaban aunque faltara alguna, con la inscripción a mano en una sota de espada que decía 'éste es un 4 de bastos'. Los cajones guardaban pedazos izquierdos de pinzas de ropa y el ganchito de metal. Al tiempo albergaban sólo pedazos derechos que esperaban a su otra mitad para convertirse otra vez en una pinza completa. Yo sé lo que nos pasaba: nos costaba mucho declarar la muerte de nuestros objetos. Así como hoy las nuevas generaciones deciden 'matarlos' apenas aparentan dejar de servir, aquellos tiempos eran de no declarar muerto a nada: ¡¡¡ni a Walt Disney!!! Y cuando nos vendieron helados en copitas cuya tapa se convertía en base y nos dijeron: 'Cómase el helado y después tire la copita', nosotros dijimos que sí, pero, ¡¡¡minga que la íbamos a tirar!!! Las pusimos a vivir en el estante de los vasos y de las copas. Las latas de arvejas y de duraznos se volvieron macetas y hasta teléfonos. Las primeras botellas de plástico se transformaron en adornos de dudosa belleza. Las hueveras se convirtieron en depósitos de acuarelas, las tapas de botellones en ceniceros, las primeras latas de cerveza en portalápices y los corchos esperaron encontrarse con una botella. Y me muerdo para no hacer un paralelo entre los valores que se desechan y los que preservábamos. ¡¡¡Ah!!! ¡¡¡No lo voy a hacer!!! Me muero por decir que hoy no sólo los electrodomésticos son desechables; que también el matrimonio y hasta la amistad son descartables. Pero no cometeré la imprudencia de comparar objetos con personas. Me muerdo para no hablar de la identidad que se va perdiendo, de la memoria colectiva que se va tirando, del pasado efímero.. No lo voy a hacer. No voy a mezclar los temas, no voy a decir que a lo perenne lo han vuelto caduco y a lo caduco lo hicieron perenne. No voy a decir que a los ancianos se les declara la muerte apenas empiezan a fallar en sus funciones, que los cónyuges se cambian por modelos más nuevos, que a las personas que les falta alguna función se les discrimina o que valoran más a los lindos, con brillo,pegatina en el cabello y glamour. Esto sólo es una crónica que habla de pañales y de celulares. De lo contrario, si mezcláramos las cosas, tendría que plantearme seriamente entregar a la 'bruja' como parte de pago de una señora con menos kilómetros y alguna función nueva. Pero yo soy lento para transitar este mundo de la reposición y corro el riesgo de que la 'bruja' me gane de mano y sea yo el entregado.
Eduardo Galeano